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Mis

Bitácoras

"Mis sentimientos están de vacaciones, el corazón tiene huelga de hambre y mi razón tiene el mando y la batuta de la situación"

¿tendré permito mirarle? (3-5 de abril)

​¡Corazón, corazón! Dichoso todo aquel que le mantiene sano.

Fuera de culpas y remordimientos me encuentro postrada una vez más, atrás de su frío asiento. No sé decifrar bien el olor de su cabello, mucho menos la losión de su cuerpo, es inevitable ver como todo él lo observa, aunque sus ojos no se atreven a mirarme.
¡Corazón corazón! Tu tienes las respuestas.
¿Tendré permitido mirarle?
Subitamente, aun sín pensarlo, es reconozible. 
Le admiro por su gran capacidad de no fijarse en un ser tan vulnerable como yo. La diferencia es nimia si tan solo su presencia habla más que su sentir, y que tan solo con verle, alimente este alma en pena que le implora a gritos, no morir.
Tan acostumbrada a lo lejano, que nuevamente siento, aquí, del lado izquierdo, una daga envenenada en el pecho. Se que te hace daño, corazón, solo tu sabrías la respuesta a esa penetrante punzada, aunque que se que para ti los riesgos no significan nada.


Hoy, he decidido dividirte en las cosas que ahora habitan en mí y merecen prioridad. Es una actividad de clase donde solo tú podrías cuestionarlo. De la necesidad de abrir el espacio correcto a la persona correcta y merecedora, o tan solo de ahí lo despojas por ser un turista emocional de más.
¡Corazón, corazón! Replanteemos las preguntas ¿será que aquellos que habitan valen la pena? Sí estan ahí es por un propósito, que de mi vida hayan hecho el mejor escenario.
Quiero decirte que debemos convertirlo en letras, literatura plena, que viaje hasta por las venas. Un escrito que refleje lo que ya hemos hablado.
Respondeme, es necesario y con urgencia.

Se hace tarde, porque una vez que él se muestra, tú, corazón, de distraído te apendejas. ¿Podrá estar en tí?
La maestra ahora, me pregunta cuanto me merezco en su materia. 
¡Corazón corazón! Tú tienes las respuestas. 
Y si fuera poco, ha dejado un taller sobre la macro estructura. Es hora de que desaparezcas.
¡Corazón corazón! Tú para esto ya no tienes respuestas.

Sin falta alguna (10-12 de abril)

Esta mañana pude sentir como palpitabas con gran rapidéz. Me he quedado sin aliento, lamento tener que hacerlo o través. Es la rutina a la que nos acostumbramos a vivir, no te sorprendas corazón, hoy te escribo en puño y letra solamente a ti.
Los nervios por todos mi cuerpo prevalecen ante mí, diles que ya paren, no quiero seguir así. Nuevamente me encuentro postrada atrás de su frío asiento. Nos hace frágil y sin palabras ya es un tormento.
¿Qué pasa que no sabe que existo? Podría ser conformista solo por él. 
Es tú culpa por haberlo aceptado en este lío, no hace falta que hable, mi estomago de hace nido.
Es dificíl aceptarlo y la razón lo negaría, mientras tu tengas el control, yo seguiré escribiendo por él y para él. 
¡Corazón, corazón! No te esfumes, ha llegado la hora de que leamos ante todo el público lo que tenemos preparado. 
Y quizás el logré escucharlo y sepa que hace parte de ti, que le he guardado un espacio por si desea refugiarse en mi.
Todos nuestros compañeros estan exponiendo su trabajo, que tanto ellos como sus corazones, se lucieron de manera significante. 
No pudo oírme, porque lo llamaron a que se retirará por un instante, y cuando regresó, mis versos ya estaban en el aire.
¡Corazón, corazón! Es hora de aceptar las críticas constructivas.
Fue un excelente texto, ¡hasta el otro día! 

 

TRABAJO DE DOS (17-19 de abril)

¿Estás agitado de nuevo? Solo quiero que sepas que es hora de comenzar nuestra rutina. Últimamente las cosas que hago necesitan de ti. No hay cosa más hermosa que se refleje cuando se hace con el corazón. 
De nuevo, tomo mi asiento detrás de él y le miro pasmada. Para hoy no hay mucho por hacer, solo pintar banderas, que el día del idioma se acerca.
Hemos elegido entre nuestros compañeros exponer las lenguas romances, por lo tanto es necesario, ser conocedores de su historia, y lo demás es cuestión de interpretación.
Rodeados por las manos que también ayudan, mientras aquí tu y yo, corazón, tenemos un alegato emocional.
No hace falta que se note, si tu sabes muy bien que me estoy rindiendo. No se si es correcto permanecer en unos ojos que no me miran o en un asiento que jamás voltea. ¿Qué esta bien?
¡Corazón, corazón! ¿estas seguro de poder darme respuesta?
¡Corazón, corazón! Dejemos un poco de vinilo para seguir pintando en próxima sección.

LA PRUDENCIA DE LA RAZÓN (24-26 de abril)

¡He aquí tu impredecible presencia!, perdón, se que es necesaria, hasta el corazón lo acepta. Contigo no he de llevarme lo suficiente, siempre estas pendiente de que logre hacer el bien, sin contar con mi felicidad.

¿Qué sentido tiene? Quería preguntártelo ya que tú si puedes responderme, el hacer cosas sin fijarse en lo que verdaderamente se siente.

No te culpo, para nada, me has salvado de humillaciones, me has rescatado lo poco de dignidad, que por cierto esta por agotarse. 

La última vez, en este salón de clases donde siempre suelo encontrarme, pintaba unas banderas del color más puro existente. Quedamos el corazón y yo dejar un poco de vinilo para terminarlas, ya casi empieza la presentación.

Quizás contigo no sea igual y debo mantener mis precauciones, te juro que esta vez he decidido sentarme en otro puesto, porque se que te molesta y no quiero peleas.

¡Adorable razón! Eres tan fría y seca. Es inevitable pensar que para él no significo algo, y que este tiempo debería estar aprovechándolo en aprender nuevas cosas, ¿tú que sabes de querer? No es tu función. Quizás es verdad y él no me conviene. 

No tenemos muchas cosas en común, nuestras edades son distintas, mi manera de caminar con la de él no coincide y mucho menos la estatura. Nunca pensamos igual, tiene ideas muy diferentes. Él es dueño de sí mismo y yo tan solo insegura. 

Para  mi él es mi luz, y yo para él su oscuridad.

¡Oh razón! quizás tan solo sea así como lo dices, y el hecho de sufrir debería ahorrármelo. Quizás por eso ni se fija que estoy presente, a un puesto después del suyo, siempre, a cada amanecer.

Va siendo hora que te alistes, nos toca exponer, la decoración es perfecta y siento que el hablar también.

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EL QUÉ DIRÁN (3 de mayo)

¿Y que tal si el día de mañana deje estar?

¡Corazón, corazón! ¡despierta! es hora de trabajar.

Para ser clara te he extraño en el tiempo que tu consuelo me ha faltado. No se si me  hace bien, pero eso solo que soy masoquista.

No hay tanto por hacer, la sección pasada fue día del trabajo, por lo tanto no tuve que ir a clases. Pero hoy es diferente, hoy hay que asistir. 

Nuevamente sentada atrás de su frío asiento, parece un aposento y yo que muero. Decidí no mirarlo demasiado o nada en absoluto, ni siquiera el querer olerlo con intención alguna o escucharlo reír cuando le hablan los demás. Mi conversación con la razón me la he tomado muy enserio, y quizás es perdida de tiempo si un mundo a su lado yo me proyecto. Es tan realista e inquietante que merece no ser pasado desapercibido. 

Hoy a ti, corazón, quiero cuestionarme algo. ¿Estás consciente del que dirán si sabrán que nos volvemos locos por él? 

La gente se hará participe de la burla y solo, tan solo él sepa que es por él. Acabaríamos acabados y nos tomaría un tiempo retomar de nuevo las fuerzas. Tendría la razón que repararte de a poco y cuando estés bien, tu volver a quebrantarte sin compasión. Deberías ser considerable con la razón, que se preocupa de ti.

¿Corazón?...

Se que no quieres hablar, y quizás es lo mejor. Solo quería decirte que debemos hacer una exposición que la maestra acaba de asignar, pero si estas así, solo me limito a respirar y es hora que la razón acuda a mí, de nuevo. Quizás me de mejores respuestas.

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EFECTIVIDAD MÁXIMA (10 de mayo)

¿Qué tienes programado para hoy? Recuerda que no hubo clases la sección pasada, ya va siendo costumbre. He amanecido con gripa el día de hoy, será para mi difícil distinguir los olores. De igual forma no te preocupes, no ha ido a estudiar hoy, no tendré que pensarle tan siquiera un rato, ni sentir que esta ahí.

Ahora no deseo nada más que cumplir con el debe. Para eso estas aquí, ¿no?, debemos elaborar la exposición y necesito de concentración. No hace de tus alegatos, aunque se que es para mi bien. Solo quiero agradecerte, que por ti, no me siento tan feliz, aunque no es relevante porque si solo hago todo bien, nada puede recompensarse.

LA CONDOLENCIA DEL CORAZÓN (17 de mayo)

¡Corazón, corazón! Te necesito.

Se que no estas bien por nuestra charla de la última vez. También he sentido como te estas rompiendo, no por él, si no por quizás no hace falta recordar que nunca lo hará. Es mi culpa, se que sí, porque es parte ti. Un ciclo en el que estas abierto a los infinitos sentimientos, amor, dolor, tristeza. Así repetido con algunas intersecciones de enojo, felicidad, angustia, entre otras. 

La razón me regaña de a menudo porque todos mis pensamientos se los dedico a aquel chico que ni siquiera sabe que yo puedo existir.

Y tu corazón, sin limites, te arriesgas a dedicarle todos los versos, noches enteras, ¡canciones con melodías suaves!, y no te importa si sales herido, porque solo necesitabas ser feliz y hacerme feliz. Se siente bien cuando haces algo que realmente lo deseas, porque desde muy adentro, comprendes que ese sentimiento que satisfecha nunca lo comprenderá la razón. 

No es necesario que te eches para atrás, quizás tan solo es trabajo de los dos para ponerse de acuerdo quien tiene posesión de quien hasta que punto. Si ves que estoy perdiendo la conciencia completa, pues la razón hará lo que deba hacer, mientras tanto tu te recuperas. Ahora es tan solo esperar a que nos pisen las ilusiones, nos rompan mutuamente, pero todo a su debido tiempo. Aún podemos dedicarle noches enteras y cientos de melodías sinceras. Podemos escribirle hasta que veamos que duele hacerlo, y me canse de oler su pelo, todos los días a el amanecer. 

¡Corazón, corazón! no demoro. Pues recuerda que este tiempo lo dedique hablándote, pues la profesora no vino y debíamos terminar de preparar la exposición con la razón. 

¡Corazón, corazón! no hace falta. Aquí estoy.

Entre mil y un zozobras: estas tú (22 y 24 de mayo)

La clave esta en prestar la suficiente atención, concentrarse y exponer con tranquilidad. Ya lo hemos repasado, no se te olvide.

Tomo nota de todo lo que se habla, ¡es un alivio saber que las clases de optimizan de nuevo!, por lo tanto, lo debemos aprovechar.

Antes que nada, antes de que empieces a decirme que debo copiar, quiero que sepas que te he desobedecido y lo haré solo hasta cuando vea la necesidad de que estés.

Yo se que no eres muy amante, querida razón, de todas las contrariedades que hago. Lo mucho que aprecias que estemos bien, tanto el corazón y yo. Pero se perfectamente que no lo disfrutaré tanto como disfruto llevando los consejos de aquel vil órgano. Siento que quizás es lo correcto, lograr estar feliz sin dejar de estar bien. Espero puedas entender esto, de lo mucho que es para mi saber que tú no apoyas esta idea, pero ese parte de mi, no hay modo alguno.

Esa polaridad que tenemos ese chico y yo es incomparable, y se que no podríamos concordar en algo, ni siquiera en amarnos. 

Pero cuando su pelo desprende ese olor viciable, y su sonrisa no es más que un cautiverio, mi corazón y yo nos conformamos con solo tener que ver esas "insignificantes" cosas. ¡Dígame usted razón! que somos seres humanos emocionales, y quizás eso prevalece más que el pensar. ¿Y si se piensa sintiendo? Eso puede ser una posibilidad, en la que tanto el corazón como usted estén de acuerdo. Pero en este caso no funciona igual y lamento decirle que me expongo al dolor. No me deje morir en ese sentimiento incesante, pero déjeme ser feliz, a costa de todo, a costa de usted. 

Ahora podemos continuar tomando nota de las exposiciones, porque ya va siendo hora que nosotros expongamos.

NADA DE PRECAUCIONES SI ES PARA SER FELIZ (31 DE MAYO)

¡Oh! no hay nada más hermoso que escuchar al otro, en versos, lo que su corazón le imploro escribir. 

¡Corazón! Debemos aprovechar todas estas letras, para hacer un posible canción. No nos aburrimos en casa sin hacer algo, como la sección pasada que nuevamente no tocaba venir.

Es todo un hecho que ahora nos tocará ser feliz. La razón, aunque no me respondió, se que estará presente para recoger lo pedazos, mientras tanto tu y yo volvamos al ciclo del limbo.

Se que merezco un amor real, uno que agite mi vida de repente y me haga sentir tranquila y llena de felicidad. No aquel amor o amistad a medias, no debo conformarme. Pero él es ninguna, por lo tanto podría arriesgarme a que sepa quien soy, sin necesidad del qué dirán o una precaución. Hay veces que no se puede elegir a quien querer, porque sin razón alguna, esa persona nos hacer sentir algo que el pensamiento jamás concordará. 

No estas dispuesto a idearte un prototipo perfecto para la persona que consideras que podría ser perfecta para ti. La perfección es un concepto erróneo de la razón, que lo hace de acuerdo a tus características y a tus deseos. Pero nunca le pregunta al corazón que siente con respecto a lo que ha planteado. Simplemente, para el corazón no existe formulas, ni pociones, ni prototipos, para empezar amar. Hay veces que cuanto te enamoras de la persona que crees que esa es, el corazón se pone de acuerdo y junto con la razón son complemento. Y esas cosas en las que se coinciden son como una fuente que alimenta ese amor y esa razón, a las dos porque están funcionando de parte y parte. En distintas ocasiones no es así y siento algo por una persona que, para el prototipo de la razón, no tienen nada de igual. ¿Qué se hace entonces? ¿Sentir o razonar? ¿Cual es primero? ¿Cuál es mas fuerte?

Entre la razón y el corazón: elijo ser feliz.

Se terminaron de escuchar los magníficos textos que los demás compañeros nos presentaban. Así hasta finalizar la clase.

Más tiempo, supongo, para terminar esta discusión.

Hay veces que nuestras decisiones son básicamente emocionales y la razón intenta explicar desde lo racional el por qué de nuestras decisiones básicamente emocionales. De tal suerte le damos forma nuestras emociones  para que intelectualmente sean entendidas, interpretadas y comprendidas por el entorno como si las mismas hubieran sido la resultante de un proceso complejo de razonamiento. Pero incluso el corazón toma el mando, porque es algo que no se puede controlar, si lo sientes, lo sientes. Puede que más adelante hayan decepciones que reduzcan o anulen ese amor por completo, sin embargo, el tiempo y las circunstancias se encargan de eso. La razón es una evaluación de aquellos actos, que al ver que no es correspondido, o que  se esta dejando llevar completamente, tiene todo el derecho de reclamarle al corazón por terco. Es su naturaleza, el salir herido y no aprender de ello.  

Por eso el amor prevalece en cierto tiempo y luego sigo el turno de la mente. Siempre, o hay veces que las dos funcionan al mismo tiempo, pero el corazón es el encargado de ese revivamiento que los une. Los están pero uno funciona más que el otro. 

Sin razón, estaríamos cometiendo cosas que podrían acabar con e amor propio, el entorno o con uno mismo. Y sin corazón, las cosas se harían sin propósito alguno. Sin ser plenamente feliz.

Entre la razón y el corazón yo elijo ser feliz.

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